Que decimos de aquellos momentos donde buscamos aislarlos.
Que no son momentos de soledad requerida.
Que son instantes que purgan el alma.
De estas reflexiones que son partes nuestras.
De los momentos en que la realidad golpea,
nos recuerda lo que somos, proyectos inconclusos.
Todos los sueños, todas las metas.
Amor, amistad, realización personal, salud, muerte, vida... y el tiempo.
Entonces, en busca de un astringente espiritual nos ensimismamos.
De lo que esperamos y pedimos a la vida.
No vemos sino trazos.
La vida sigue, confluye con la bestía temporal.
Y dentro de este caudal que nos arrastra.
Parece que nada da tregua.
Gente viene y va, los instantes se esfuman.
lunes, 18 de junio de 2012
Tormenta
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